viernes, 31 de mayo de 2019

ACT. 5 : Apología de la pereza


LECTURA PANORÁMICA

Autor
Robert Louis Stevenson
Titulo
Apología de la pereza
Extensión
5 paginas
Estructura externa
Prosa
Uso de tipografías especiales
Script
Divisiones
Tres subtítulos: 1. La vida inerte, 2. El arte de vivir, 3. Una especie de coma.
Gráficos
Imágenes
Editorial
Página: Algarabía
















LECTURA ANALITICA

¿Qué objetivo tendrías al leer el texto?
Saber y tener conocimiento de las cosas que hacemos y no hacemos al igual que determinar si es pereza de acuerdo a lo que nos plantea Stevenson.
¿Cuál es la idea central?
Conocer que la pereza no es solo “no hacer nada” sino que son las ganas y la actitud con la que te desenvuelves para poder disfrutar de lo decidido a hacer.
¿Cómo desarrolla la información el autor?
Empieza con tres preguntas, una breve introducción de lo que va a tratar para después desglosarse en tres subtítulos: la vida inerte, el arte de vivir y una especie de coma.


IDEAS PRINCIPALES (SUBRAYADO) 

Apología de la pereza
¿Es tan mala la pereza? ¿Quién decide si una persona es productiva o no? ¿Un salón de clases la única vía de enseñanza o también
Se sabe que, debido a su débil constitución física, Stevenson pasó mucho tiempo recluido en su casa, o encamado, escribiendo. Quizá a ello se deba su idea de la pereza como una perspectiva vital distinta a la industriosidad de su época —de ahí esta apología, «discurso en defensa de alguien o algo»—, de cuya exposición publicamos un fragmento.1 Tomado de: Robert Louis Stevenson, Memoria para el olvido, México: FCE, 2008.
Boswell: Nos cansamos cuando no hacemos nada. Johnson: Eso sucede, señor, porque como los demás están atareados, queremos compañía; pero si no hiciéramos nada, nadie se cansaría: nos entretendríamos los unos a los otros.
Precisamente ahora, cuando todo el mundo está obligado, so pena de ser condenados por un delito de lesa respetabilidad, a ingresar en alguna profesión lucrativa, y a ejercerla con auténtico entusiasmo, una exclamación del partido opuesto, de quienes están satisfechos cuando tienen bastante y les gusta contemplar y disfrutar del tiempo, adquiere cierto tono bravucón y de fanfarronería.
Pero no debería ser así. La mal llamada pereza, que no consiste en «no hacer nada», sino en hacer muchas cosas no reconocidas en los formularios dogmáticos de la clase dirigente, tiene tanto derecho a hacerse valer como la laboriosidad.
La vida inerte
Se suele considerar que la existencia de personas que se niegan a participar en esa gran carrera de obstáculos por unas cuantas monedas de seis peniques representa tanto un insulto como una decepción para los que sí lo hacen.
Un tipo cabal —de los que tanto abundan— toma su decisión, vota por los seis peniques, y, por emplear el enérgico americanismo, va «saco» por ellos. Y mientras él está arando esforzadamente el camino,no es difícil entender su resentimiento cuando ve personas descansando en los prados de los márgenes, tumbados con un pañuelo en la cabeza y un vaso junto al codo. La indiferencia de Diógenes ofende en un sitio muy delicado a Alejandro.
Para aquellos turbulentos bárbaros, ¿en qué quedaba la gloria de haber conquistado Roma, cuando irrumpieron en el Senado y se encontraron a los Padres sentados en silencio e insensibles a su triunfo?
Resulta molesto esforzarse y escalar las cimas difíciles y, al terminar, ver que la humanidad se queda impasible ante tu logro. De ahí que los físicos condenen lo que no es físico, que los economistas sólo toleren superficialmente a los que saben poco de acciones, que la gente de letras desprecie a los iletrados, y que las personas con un oficio se unan para denostar a los que no tienen ninguno.
[…] Los libros tienen su valor, pero son un sustitutivo de la vida completamente inerte. Es una pena quedarse sentado como la dama de Shalott, mirando un espejo, de espaldas a todo el bullicio y el atractivo de la realidad. […] En mi caso, asistí a muchas clases en aquellos tiempos. Aún recuerdo que el giro de la peonza es un ejemplo de estabilidad cinética. Aún recuerdo que la enfiteusis no es una enfermedad, ni el estilicidio un crimen. Pero, aunque no quiero olvidar esos retazos de ciencia, no les doy el mismo valor que otras cosillas que aprendí al aire libre, mientras hacia novillos (irse de pinta). […]
Basta decir lo siguiente: si un muchacho no aprende en la calle es porque no tiene capacidad para aprender. [] Puede lanzarse contra una mata de lilas junto a un arroyo, y fumar innumerables pipas al son del agua en las piedras. Un pájaro canta en el matorral. Y puede que allí tenga ideas amables y vea las cosas bajo una nueva perspectiva. Vaya, si esto no es educación, ¿en qué consiste ésta entonces?
El arte de vivir
Ahora bien, la del sabio hombre del mundo es la opinión más extendida. […] Sainte Beuve, a medida que fue cumpliendo años, consideraba que toda la experiencia era como un único y gran libro, que podemos estudiar algunos años antes de irnos de este mundo, y le parecía que daba igual leer el capítulo xx, que es el cálculo diferencial, o el capítulo xxxix, que es oír a la banda tocando en el parque. […] Mientras otros llenan su memoria con un batiburrillo de palabras, la mitad de las cuales olvidarán al término de esa semana, el que hace novillos puede aprender algún arte sumamente útil: a tocar el violín, a distinguir un buen puro, o a hablar con desenvoltura y tino con toda clase de personas.
«No creo que la necesidad sea la madre de la invención. La invención… proviene directamente de la ociosidad; posiblemente también la pereza: para ahorrarse el problema», Agatha Christie.
Muchos que «se han aplicado con diligencia en su libro», y lo saben todo sobre una rama u otra del saber establecido, salen de la sala de estudio con un aspecto antiguo y de búho, y resultan secos, burdos e indigestos en las mejores y más luminosas partes de la existencia. Muchos amasan una gran fortuna y siguen siendo groseros y ridículamente estúpidos hasta el final. Mientras tanto, ahí está el perezoso, que empezó a vivir a la par que ellos, una imagen distinta.
Ha tenido tiempo para cuidar su salud y su ánimo; ha estado mucho al aire libre, que es lo más saludable para el cuerpo y la mente; y, aunque nunca haya leído pasajes escondidos del Gran Libro, le ha echado un vistazo y lo ha leído en diagonal con gran provecho. ¿No podría sacrificar el estudiante algunas raíces hebreas, y el hombre de negocios algunas medias coronas, a cambio de una parte del conocimiento que tiene el perezoso de la vida en general, y del Arte de Vivir?
Una especie de coma
[…] Estar extremadamente ocupado, ya sea en el colegio o la universidad, en la iglesia o el mercado, es síntoma de una vitalidad deficiente, y la facultad de la pereza implica unos gustos amplios y variados y un fuerte sentido de la identidad personal. Existe una clase de personas muertas en vida, vulgares, que apenas son conscientes de estar vivos si no ejercen alguna ocupación convencional. […]
No tienen ninguna curiosidad, no pueden entregarse a estímulos azarosos, no disfrutan con el ejercicio de sus facultades por el mero placer de hacerlo y, a no ser que la Necesidad la emprenda a palos con ellos, incluso se quedarán quietos. Es inútil hablar con gente así: no pueden estar sin hacer nada, su naturaleza carece de la generosidad necesaria; y las horas que no dedican al furioso trabajo en el molino de oro las pasan en una especie de coma. [] Como si el alma de un hombre no fuese ya suficientemente pequeña de por sí, han menguado y reducido la suya con toda una vida de trabajo sin distracciones; hasta que llegan a los 40, con la atención muerta, una mente vacía de cualquier fuente de diversión, y sin una idea que entre en contacto con otra, mientras esperan el tren. […]
«Nada es realmente un trabajo, hasta el momento en que preferirías estar haciendo otra cosa», James Matthew Barrie
Pero no sólo es él la víctima de sus atareadas costumbres, sino también su mujer e hijos, sus amigos y parientes, e incluso las personas con las que se sienta en el vagón de un tren o en un autobús. La devoción perpetúa hacia lo que un hombre llama su negocio sólo se puede obtener mediante una desatención perpetua de muchas otras cosas. […]
No cabe duda  de que dependes en gran medida de las atenciones de tu abogado y de tu agente de Bolsa, de los guardias y guardavías que te llevan rápidamente de un sitio a otro, y de los policías que patrullan las calles para protegerte; pero ¿acaso no hay un pensamiento de gratitud en tu corazón para otros benefactores que te hacen sonreír cuando te cruzas con ellos, o que aderezan tu cena con una buena compañía? […]
Para leer el texto completo, consulta Algarabía 102.

ESQUEMA

RESUMEN

Stevenson le surge la idea de la pereza por el estar encamado en su casa y escribiendo por el cual defiende que al estar acostado no es estar haciendo nada.
La pereza no es “no hacer nada” es aquello de lo que la mayoría vive en constante ciclo solo porque es necesario para nuestro futuro, el obtener conocimiento de un libro y con ello pasar un examen solo es de un rato para después ser olvidado; eso sí que si es pereza. El disfrutar de las cosas que hacemos el echarle ganas por algo que realmente nos gusta hacer y el no solo tener conocimiento sino practicarlo y estar alegres por vivirlo.
Por lo menos un gracias verdadero y con un buen sentimiento aquellos que hacen de tu vida mejor. 

MAPA MENTAL 
LECTURA CRÍTICA

1.    ¿El autor es experto en el tema?
Sí, porque se volvió experto desde que empezó a buscar en otras fuentes de información acerca del tema para poder ampliar su conocimiento.
2.    ¿El lugar donde se ha publicado el texto es prestigioso en el ámbito académico?
No, pero la página es confiable por el tipo de textos que utiliza.
3.    ¿El texto es actual?
No, porque el texto es tomado de un libro por parte de Robert Louis Stevenson publicada en 2008.
4.    El autor se apoya de otras fuentes, ¿la cita y referencia debidamente?
No, pero si recalca que persona fueron tomadas las palabras. Al principio si muestra la cita correcta para ser de un libro tomado.

POSTURA DEL AUTOR
El autor habla sobre la pereza y su postura es de dar conocimiento de lo que defiende por estar postrado en su cama debido a su enfermedad. Trata de recalcar lo que realmente es pereza a diferencia de lo que es hacer algo que para él es el disfrutar y el fin con lo que haces las cosas.

ARGUMENTO
Estoy a favor de lo que dice el autor porque al igual que el pienso que la pereza no es solo hacer nada si no la forma el fin que le das el hacer la cosas, si yo quiero aprender solo leyendo porque me da flojera ver lo que es realmente lo que estoy haciendo. El disfrutar de lo que hacemos y que la gente vea que nuestro conocimiento es por la experiencia la que vivimos. 

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